Fauna de suelo
FAUNA DE SUELO
El suelo es un medio vivo, no sólo compuesto por minerales y materia orgánica, sino transformado continuamente por la acción de la flora, los microorganismos y la fauna que lo habita. En el suelo se producen numerosas interacciones entre seres vivos que pasan desapercibidas a nuestros ojos. En él habitan organismos que ocupan todos los eslabones de la cadena trófica, desde descomponedores de materia orgánica, patógenos o consumidores de plantas, consumidores de microorganismos y depredadores de otra fauna.
Importancia
Todos ellos juegan un papel fundamental en el reciclaje de nutrientes, fertilidad del suelo y otros muchos procesos de importancia agronómica y ambiental. No obstante, se trata organismos muy sensibles a las perturbaciones del suelo, especialmente el laboreo, fertilización y el estrés hídrico.
En particular, las lombrices son un excelente indicador del manejo agronómico, ya que su presencia se relaciona principalmente con el laboreo del suelo, el grado de fertilización mineral y cantidad calidad de materia orgánica. A su vez, también nos informan sobre la actividad microbiológica del suelo.
Grupos
- 1Macrofauna y microfauna de artrópodos
Un suelo fértil está poblado por numerosos artrópodos que cumplen diferentes funciones. Algunos son depredadores, otros trituran la materia orgánica, otros se alimentan de hongos. Algunos son fáciles de encontrar y otros se esconden.
El tamaño de estos seres también varía notablemente, desde minúsculos ácaros, pequeños colémbolos, gusanos de unas pocas micras, arañas, escarabajos e insectos de todo tipo.
Los procesos ecológicos en los que participan tienen un gran impacto en la descomposición de la materia orgánica del suelo, la mejora de la estructura a pequeña escala, el almacenamiento de carbono (de gran importancia para el cambio climático), su retención hídrica y, en conclusión, mejoran la fertilidad del suelo
- 2Lombrices
Las lombrices son ingenieros de la fertilidad del suelo y excelentes bioindicadores. Con su trasiego, excavan galerías que airean, desmenuzan y mezclan restos orgánicos con materia mineral, y aportan deyecciones que mejoran la textura, la retención de humedad y la composición del suelo.
Estos pequeños animales, que pueden llegar a representar el 70% de la masa de la fauna del suelo, son no obstante muy sensibles a las perturbaciones del suelo, especialmente el laboreo y el estrés hídrico. La aridez de nuestro territorio resulta poco adecuada para las lombrices, por lo que en general no son tan abundantes en nuestros suelos como pueden serlo en otros países del norte de Europa. Estos animales invertebrados, se caracterizan por tener un cuerpo tubular dividido en anillos (llamados segmentos).
Cómo los muestreamos
A través de trampas de fosa (Pitfall) Se instalan trampas que capturan los insectos que recorren la superficie durante unos cuantos días. Después, se retiran para identificar y contar las capturas. Así conocemos la abundancia, diversidad de bichos y sus estilos de vida predominantes (depredadores, descomponedores, etc.). Las trampas de caída tienden a capturar aquellos artrópodos que se desplazan por la superficie, por ejemplo, depredadores que buscan a su presa.
Con prospección de lombrices Se cavan agujeros de 25×25 cm en el suelo buscando lombrices. Se cuentan, pesan y se trata de identificar para conocer su abundancia y diversidad.