Muestreos de biodiversidad agraria
Polinizadores
Los polinizadores cumplen una función clave en los ecosistemas por su estrecha relación con la flora. Alrededor del 70% de las plantas cultivadas y el 85% de las plantas con flor dependen de la polinización por parte de insectos para el desarrollo de frutos y semillas.
Son fundamentales para el medio agrario y a nivel mundial se está produciendo una drástica pérdida de diversidad: por ejemplo, se detecta una tendencia negativa en las poblaciones de al menos 150 especies comunes de abejas polinizadoras. En Europa, el 9 % de las especies están amenazadas, y el 5 % casi amenazadas. Esta pérdida tiene un impacto directo sobre los rendimientos de los cultivos de España, en términos económicos se estima en más de 2.400 millones de euros.
La causa se debe a que los polinizadores son muy sensibles a los cambios en el paisaje y vegetación, al laboreo y muy especialmente al uso de productos fitosanitarios. Por ello son buenos indicadores del estado del medio agrario y de otra diversidad.
a. Himenopteros
El grupo de los himenópteros incluye insectos tan conocidos como las abejas, las avispas o los abejorros, pero también abarca otros que no son polinizadores como las hormigas.
Algunas pistas para identificarlas: tienendos pares de alas que en reposo quedan plegadas sobre el cuerpo y una cintura estrecha separando el abdomen del tórax. Los ojos suelen ser grandes y las antenas no excesivamente largas. Al ser recolectoras de néctar y polen especializados, muchas veces poseen corbículas o escopas, una especie de cestos o superficies velludas para transportar el polen en sus patas posteriores.
Mientras que alrededor del 20% de las abejas silvestres forman colonias y viven en compañía, el 80% de ellas tienen un estilo de vida solitario. Las hembras de abejas solitarias construyen nidos donde ponen sus huevos bien en oquedades, bien excavando, o aprovechando huecos ya existentes, normalmente en madera, rocas o en la tierra. Cada especie construye los nidos con unos materiales específicos. El material del tapón que sella el nido nos sirve para identificar algunos de estos polinizadores.
b. Lepidópteros
Son las mariposas y las polillas, quizás uno de los grupos de polinizadores más importantes y populares. También son fáciles de reconocer. Las alas son grandes y en muchos casos coloridas. Están formadas por escamas y casi siempre se pliegan quedando en posición vertical. Tienen un aparato bucal muy especializado para acceder al néctar floral, la espiritrompa. Su vuelo, aunque puede ser rápido, es muy característico por el batir de las alas relativamente grandes
c. Dípteros
Los dípteros incluyen moscas, mosquitos, tábanos y otros parientes cercanos. Los dípteros polinizadores son quizás los menos conocidos y muchas veces se confunden con himenópteros, con los que comparten un vuelo similar y patrones de colores parecidos. Sin embargo, hay algunos elementos que pueden ayudarte a diferenciarlos: también tienen un par de alas membranosas y translúcidas, pero el segundo par ha quedado reducido a unos balancines (unos pequeños muñones). Tienen también grandes ojos compuestos, aunque las antenas de los dípteros polinizadores suelen ser más cortas que en el caso de los himenópteros. En vuelo aparentan “flotar” entre flor y flor y son a menudo más directas que los himenópteros.
d. Coleópteros
Los coleópteros, comúnmente llamados escarabajos, son el grupo de seres vivos más diverso del planeta. Los coleópteros polinizadores o florícolas son muy variados en sus formas, a veces son muy pequeños y alargados, con élitros brillantes. Otras veces son más rechonchos, vellosos y con colores algo más apagados
Los escarabajos no son polinizadores tan eficientes como otros insectos, ya que suelen pasar mucho tiempo con una misma flor, y a veces incluso dañan las flores.
Por un lado, está la observación de visitas flores. El proceso implica escoger uno o varios rodales con vegetación y durante tres minutos identificar todos los polinizadores que se posan en las flores. Es así como se mide su abundancia, diversidad y actividad.
Por otro, están los nidos de abejas solitarias. Se construyen e instalan nidos hechos con cañas o tubos para propiciar el anidamiento de las abejas solitarias. Se puede seguir su población viendo cuántos huecos ocupan y distinguirlas según el material de sellado.
Fauna de suelo
El suelo es un medio vivo, no sólo compuesto por minerales y materia orgánica, sino transformado continuamente por la acción de la flora, los microorganismos y la fauna que lo habita. En el suelo se producen numerosas interacciones entre seres vivos que pasan desapercibidas a nuestros ojos. En él habitan organismos que ocupan todos los eslabones de la cadena trófica, desde descomponedores de materia orgánica, patógenos o consumidores de plantas, consumidores de microorganismos y depredadores de otra fauna.
Todos ellos juegan un papel fundamental en el reciclaje de nutrientes, fertilidad del suelo y otros muchos procesos de importancia agronómica y ambiental. No obstante, se trata organismos muy sensibles a las perturbaciones del suelo, especialmente el laboreo, fertilización y el estrés hídrico.
En particular, las lombrices son un excelente indicador del manejo agronómico, ya que su presencia se relaciona principalmente con el laboreo del suelo, el grado de fertilización mineral y cantidad calidad de materia orgánica. A su vez, también nos informan sobre la actividad microbiológica del suelo.
a. Macrofauna y microfauna de artrópodos
Un suelo fértil está poblado por numerosos artrópodos que cumplen diferentes funciones. Algunos son depredadores, otros trituran la materia orgánica, otros se alimentan de hongos. Algunos son fáciles de encontrar y otros se esconden.
El tamaño de estos seres también varía notablemente, desde minúsculos ácaros, pequeños colémbolos, gusanos de unas pocas micras, arañas, escarabajos e insectos de todo tipo, lombrices o hasta topos y roedores.
Los procesos ecológicos en los que participan tienen un gran impacto en la descomposición de la materia orgánica del suelo, la mejora de la estructura a pequeña escala, el almacenamiento de carbono (de gran importancia para el cambio climático), su retención hídrica y, en conclusión, mejoran la fertilidad del suelo
b. Lombrices
Las lombrices son ingenieros de la fertilidad del suelo y excelentes bioindicadores. Con su trasiego, excavan galerías que airean, desmenuzan y mezclan restos orgánicos con materia mineral, y aportan deyecciones que mejoran la textura, la retención de humedad y la composición del suelo.
Estos pequeños animales, que pueden llegar a representar el 70% de la masa de la fauna del suelo, son no obstante muy sensibles a las perturbaciones del suelo, especialmente el laboreo y el estrés hídrico. La aridez de nuestro territorio resulta poco adecuada para las lombrices, por lo que en general no son tan abundantes en nuestros suelos como pueden serlo en otros países del norte de Europa.
Estos animales invertebrados, se caracterizan por tener un cuerpo tubular dividido en anillos (llamados segmentos). Las lombrices, sin embargo, no son tan abundantes en nuestros suelos como pueden serlo en otros países del norte de Europa.
A través de trampas de fosa (Pitfall) Se instalan trampas que capturan los insectos que recorren la superficie durante unos cuantos días. Después, se retiran para identificar y contar las capturas. Así conocemos la abundancia, diversidad de bichos y sus estilos de vida predominantes (depredadores, descomponedores, etc.). Las trampas de caída tienden a capturar aquellos artrópodos que se desplazan por la superficie, por ejemplo, depredadores que buscan a su presa.
Con prospección de lombrices Se cavan agujeros de 25×25 cm en el suelo buscando lombrices. Se cuentan, pesan y se trata de identificar para conocer su abundancia y diversidad.
Flora y paisaje
Las plantas son los productores primarios de los ecosistemas. Mediante la fotosíntesis, extraen energía de la luz solar y transforman los elementos minerales en materia orgánica. Esta biomasa que genera supone los recursos alimentarios que aprovecha toda la cadena trófica, desde descomponedores y herbívoros a depredadores. Además, los restos vegetales son aportan nutrientes al suelo tras su descomposición. Todas estas funciones contribuyen tanto a mejorar la calidad del suelo como a sustentar a la biodiversidad.
Muchas prácticas agrícolas tienen una influencia negativa sobre la diversidad y abundancia de flora. Pero dado que las comunidades de plantas varían con el tiempo y responden a cambios en las condiciones del entorno, son un buen bioindicador del entorno agrario. Por ejemplo, son sensibles a tratamientos de herbicidas, técnicas de laboreo y fertilización y otras perturbaciones. También son un buen indicador de calidad ambiental como, por ejemplo, la relación entre polinizadores y cantidad y diversidad de flores.
A una escala mayor, los diferentes elementos del paisaje generan hábitats con refugios o sitios de anidamiento y apareamiento para diferentes organismos, y ofrecen recursos y generan condiciones beneficiosas para diferentes tipos de seres vivos. Cuanto más diverso el paisaje en el entorno de una parcela, típicamente será más rico en recursos que favorezcan a la biodiversidad en general y a la fauna beneficiosa en particular.
a. Plantas adventicias
Las plantas son un grupo muy diverso y adaptado a todo tipo de condiciones ambientales. En el OBA nos fijamos en las plantas que proliferan en las márgenes, barbechos o entre las líneas de los cultivos, que se conocen como plantas adventicias (o malas hierbas). Algunas de ellas son características de terrenos labrados o empobrecidos. Su diversidad y abundancia se relaciona con las características del suelo y clima locales, así que entendiendo sus preferencias y teniendo en cuenta cómo es el clima local, podemos también interpretar las condiciones del suelo.
Aunque a veces se distinguen a simple vista, en otras ocasiones los conocimientos de anatomía vegetal serán esenciales. Por suerte, aunque cambien a lo largo del año, algunas son más comunes y se repiten más habitualmente.
b. Paisaje y HSN
En el paisaje agrario, la presencia de setos, arroyos, zonas en barbecho, parches de bosque y otros elementos no cultivados contribuyen a preservar la biodiversidad, ya que actúan como reservorio. Se trata de las llamadas “áreas de interés ecológico (AIE)”. A diferencia de la superficie productiva que ocupa el cultivo, los AIE son áreas menos alteradas y con mayor riqueza en interacciones ecológicas. Así, las evidencias científicas existentes prueban que la superficie y complejidad de los hábitats seminaturales tiene una relación directa con la magnitud de los servicios ecosistémicos.
Cuanto más diverso y complejo sea el paisaje y más conecte las diferentes AIE el del entorno de una parcela, será más rico en recursos y refugios que favorezcan a la fauna auxiliar y su efecto positivo sobre nuestra parcela. En España se encuentran paisajes agrarios muy diversos, a veces rodeados presenta entornos naturales muy diversos de gran valor natural, a veces junto a áreas muy degradadas o muy poco diversas. Entender las características del paisaje permite entender cómo influye en la biodiversidad de la parcela.
INVENTARIO FLORAL
Para estudiar la flora adventicia, se realizan varios inventarios en un áreas de 4 m2 en el interior del cultivo y en AIE herbáceas como prados, barbechos, etc. Intentaremos identificar todas las plantas adventicias que encontremos, y anotar su cobertura del suelo, y la diversidad de colores de flores. Así, conocemos el desarrollo y diversidad de las comunidades vegetales y su oferta de flores.
ANÁLISIS DE PAISAJE
Se realiza una descripción de las áreas de interés ecológico de la parcela y su entorno. Hay que fijarse en toda infraestructura ecológica (setos, arroyos, barbechos, etc.) y en los usos del suelo de las parcelas vecinas, para entender la diversidad, calidad y cantidad de elementos que benefician a la biodiversidad agraria.